Consejos para comer y beber sin dañar tus dientes




Las golosinas y las bebidas gaseosas son dañinas para los dientes, pero los azúcares y ácidos presentes en otros alimentos también pueden perjudicar la salud bucal. Muchos profesionales recomiendan evitar beber sodas, vinos y comer dulces. Sin embargo, con algunos cuidados es posible disfrutar de un rico postre o tomar tu coctel favorito.
Acá te pasamos algunos consejos para protegerte de los problemas bucales:
Jugos y bebidas gaseosas
El consumo creciente de refrescos, jugos de frutas y otras bebidas similares preocupa a los dentistas. Cada vez más los jóvenes adultos, e incluso los niños, presentan lesiones dentales producidas por esas bebidas de alto contenido ácido. Los refrescos son muy criticados por su alto contenido en azúcar, cafeína y otras sustancias no siempre identificadas, pero, además, son particularmente ácidas.
La solución: Toma en una pajita para mantener el líquido alejado de las superficies de los dientes.
Frutos secos
La mayoría de las frutas frescas son benéficas para los dientes, pero deshidratadas podrían causar daño. Y es que los frutos secos están llenos de fibras, que atrapan el azúcar dentro y alrededor de los dientes.
La solución: ¡Elimínalos después de comer! Cepíllate los dientes y usa hilo dental inmediatamente luego de comer frutos secos para deshacerte de cualquier vestigio de azúcar en la boca.
Vino blanco
El vino tinto tiene una mala reputación respecto a la salud bucal, pues podría dejar manchas en los dientes. Pero el blanco tampoco es inocente. El ácido del vino blanco carcome el esmalte de los dientes y los deja vulnerables a las manchas que otros alimentos o bebidas pueden causar.
La solución: ¡Come más queso con el vino! Este alimento es rico en proteínas, calcio y fósforo, sustancias que pueden ayudar a amortiguar los ácidos en la boca.

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